VIAJE A TRAVÉS DE LA QUÍMICA

La anilina, tan importante como invisible

Hay una química que une la suela de las zapatillas que nos ponemos para correr con la espuma del colchón donde dormimos. Sorprendente, diría la mayoría de nosotros. Pero, ¿qué pasaría si descubriéramos que hay una materia prima común no solo a estas espumas y gomas, sino también a las pinturas sintéticas, los herbicidas e incluso las fibras que son altamente resistentes al calor y a los golpes? Existe y se llama anilina.

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¿Qué es?

Desde que corremos por la mañana hasta que nos acostamos, la anilina es una presencia discreta, que permite la existencia de mil y un productos de uso diario cuya función no prescindimos.

Compartida por muchos activos indispensables, la anilina tiene características diferentes a las de cualquier otro producto, lo que convierte a esta materia prima en uno de los productos químicos más importantes de nuestra vida diaria.

También conocido como aminobenceno o fenilamina, es una sustancia que pertenece a la familia de las aminas primarias, un compuesto importante en la fabricación de tintes.

Su fórmula es C6H5NH2 y, en estado puro y en condiciones normales de temperatura y presión, es un líquido oleoso incoloro. La anilina se obtiene por hidrogenación del nitrobenceno y en presencia de un catalizador. Es susceptible a la oxidación y, aunque no tiene color, se oscurece cuando se expone al aire, incluso teniendo un color amarillo o incluso casi rojo, lo que anticipa su propensión a la fabricación de tintes.

Etimo portugués

Para rastrear los orígenes de la anilina tenemos que remontarnos al siglo XIX, cuando Otto Unverdorben la aisló por primera vez en 1826, mediante el destructivo proceso de destilación del colorante vegetal índigo. Inicialmente denominada Crystallin, la síntesis de la anilina pasó por las manos de varios químicos, hasta 1843, cuando August Wilhelm von Hofmann demostró que se trataba de la misma sustancia, en adelante conocida como anilina.

Curiosamente, la etimología de este nombre, atribuido por Carl Fritzsche, uno de los múltiples «descubridores» de la anilina, nos lleva a Portugal, de donde proviene la palabra anil y que hace referencia a la planta también conocida como índigo, de la familia Indigofera suffruticosa.

Los primeros pasos para integrar la anilina en la industria química tuvieron lugar en 1856, cuando William Perkin, un estudiante de von Hofmann, descubrió la anilina púrpura mientras intentaba sintetizar la quinina, lo que abrió la puerta al descubrimiento de otros tintes derivados de la anilina.

Desde vaqueros hasta chalecos antibalas

La base de la presencia de anilina en numerosos productos radica en la transformación en diisocianato de metileno difenilo (MDI), que desde los años 80 ha promovido la integración de la anilina como sustancia esencial para el confort de la vida moderna.

Es con el uso de este compuesto que se produce espuma rígida de poliuretano, que se utiliza en la fabricación de caucho y luego se aplica a suelas de zapatos, neumáticos y volantes de automóviles, a la espuma de colchones y al aislamiento de edificios y sistemas de refrigeración.

En la industria agrícola, la anilina se usa en la fabricación de herbicidas y fungicidas, esenciales para el control de plagas y malezas. También permite la fabricación de tintas sintéticas, como el índigo, que se aplican a la coloración de jeans, así como a la producción de reactivos fotográficos y estabilizadores para la industria del látex.

No menos relevante es el uso de anilina en la fabricación de fibras de aramida, que son productos livianos que son altamente resistentes al calor y a los golpes. Estos productos son los elegidos por los cuerpos de bomberos y también por las fuerzas militares y policiales (como los chalecos antibalas) para las intervenciones más riesgosas.

Portugal en primera línea

Bondalti, la mayor empresa química portuguesa, es líder en ventas de anilina en Europa y uno de los mayores productores no integrados de este compuesto del mundo.

La producción con tecnología patentada, que da como resultado una alta calidad del producto final, es reconocida internacionalmente y es el lema de la exportación a muchas geografías.

La empresa suministra anilina a través de tuberías, siempre cumpliendo con los estándares ambientales y de seguridad más exigentes.

En Portugal, la planta de Bondalti representa alrededor del 3% de la capacidad de anilina instalada en el mundo.

Los productos químicos que Bondalti produce en sus unidades industriales tienen un amplio campo de aplicación, que va mucho más allá de la fabricación de cauchos y espumas. Acerca de la anilina, una verdad indiscutible: es un activo esencial para nuestra vida diaria.

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